En 1996 fui al Festival Musique et Histoire en la Abadía de Fonfroide, cerca de Narbona para enseñarle a Jordi Savall mis arcos renacentistas. El se tomó el tiempo de probarlos durante un ensayo, antes del concierto.Después de tocar y probar los arcos sobre cada una de las cuerdas, compró el arco de viola soprano nr 80 y el arco de viola bajo nr 79. Todo sucedió con gran naturalidad.

Una historia providencial:
Entre 1992 y 1995 yo habia asistido a los talleres de verano de Jordi Savall en La Seu d’Urgell, en Cataluña. Recuerdo con detalle una de las últimas clases de viola de gamba que tuvo lugar en el claustro.

Yo acababa de tocar la Dubuisson de Forqueray y Jordi me preguntó: ‘Si pudieras pedir un deseo, qué pedirías?’. Y al estar tocando una viola de gamba que yo mismo había fabricado y que resultaba tener bastantes limitaciones, le contesté: ‘un Barak Norman’ (= viola inglesa antigua de alta calidad).

Jordi Savall : ‘No creo que sea la mejor de las ideas. Si pides un arco mágico podrás hacer musica extraordinaria incluso con una viola modesta’. Y entonces cogió mi viola y mostró el modo en que se puede hacer que cada frase sea todavía más expresiva con un golpe de arco mágico por la atención que le procuramos.

Han pasado más de veinte años y me dedico a fabricar arcos con el deseo que participen en hacer que cada nota tocada contenga esa calidad mágica…